El síndrome premenstrual fue nombrado y diagnosticado por primera vez en los años 80 y desde este momento ha sido polémico y cuestionado.
El hecho de que nos planteemos cómo tratar el síndrome premenstrual y que sea motivo de polémica tiene que ver con que se ha utilizado para patologizar a nuestro sistema hormonal en relación con el ciclo menstrual haciendo creer a las mujeres que somos las locas de las hormonas y que este asunto tiene que ver con nuestra ciclicidad.
Por otra parte, el síndrome premenstrual es un conjunto muy amplio y diverso de síntomas y en muchos casos ha sido utilizado para referirse a cualquier síntoma que aparece en la fase premenstrual colocándonos una etiqueta negativa.
Entonces, ¿Qué es el síndrome premenstrual?
Podemos decir que el síndrome premenstrual es un conjunto de síntomas físicos y emocionales que se manifiestan en la fase premenstrual del ciclo.
En este sentido, podemos observar en nuestro cuerpo los síntomas del síndrome premenstrual:
- Retención de líquidos.
- Distensión abdominal.
- Tensión mamaria o dolor de pechos.
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Dolor de cabeza.
- Acné o aparición de espinillas.
- Antojos de determinados alimentos tales como azúcar, hidratos de carbono, grasas…
Y también en nuestro plano emocional con síntomas tales como:
- Irritabilidad.
- Ansiedad.
- Pensamientos negativos y autodestructivos.
- Llanto.
- Depresión.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas aparecen en muchas de nosotras como señales que el cuerpo nos envía para que nos prestemos atención.
¿Qué causa el síndrome premenstrual?
Las hormonas como tal no causan el síndrome premenstrual pero sí es importante tener en cuenta el balance hormonal a lo largo del ciclo para tomar conciencia de lo que nos pasa también en nuestro cuerpo, mente y emociones.
En este sentido, la fase premenstrual corresponde a la fase lútea que es cuando la progesterona tiene su máxima presencia. Lo que puede estar ocurriendo como causa del síndrome premenstrual es que el estrógeno se mantiene alto pero la progesterona, cuya función tiene que ver con calmar y producir estados de más serenidad, se mantiene más baja porque no se produce lo suficiente o porque disminuye demasiado rápido.
La consecuencia de la ausencia de progesterona en esta fase del ciclo es que nos sentiremos mucho más irritables y pueden aparecer los síntomas físicos y emocionales que hemos nombrado. Pero como antes también decíamos: las hormonas no son el problema.
¿Qué puedo hacer si siento este desbalance hormonal?
Lo primero que tendremos en cuenta es soltar la culpa y autoexigencia y tomar conciencia de cómo el sistema en el que vivimos nos hace creer que en nosotras y en nuestro cuerpo está el problema cuando no es así. Es importante ser conscientes de que vivimos en un sistema patriarcal, lineal y productivo que no respeta los ritmos y cuerpos cíclicos y que, en muchos casos, este asunto se manifiesta a través del síndrome premenstrual como un mensaje que el cuerpo nos envía para que nos prestemos atención.
En este sentido, lo que podemos hacer es empezar a aplicar algunas herramientas prácticas de autocuidado durante el ciclo menstrual para, como nombra Lara Briden en Cómo mejorar tu ciclo menstrual, tener una buena resiliencia hormonal que es la capacidad para adaptarse a la fluctuación y cambios hormonales que vamos a vivir a lo largo del ciclo menstrual y así gozar de mayor salud y bienestar.
Algunas de estas prácticas de autocuidado para tratar el síndrome premenstrual pueden ser:
- Reducir la inflamación a través de nuevos hábitos de alimentación tales como reducir o eliminar el azúcar, el trigo, el alcohol y los lácteos que son alimentos inflamatorios.
- Reducir el estrés y descansar.
- Realizar ejercicio que te ayude a canalizar energía y a mantener tu cuerpo de manera saludable.
- Evitar productos químicos que puedan estar alterando tu sistema endocrino.
- Mantener las bacterias intestinales sanas tomando probióticos.
- Dormir lo suficiente y no acumular cansancio.
Y ahora, ¿cómo puedo tratar el síndrome premenstrual?
Es importante incluir en tu alimentación algunos nutrientes tales como el magnesio, la vitamina B6 y el zinc así como evitar las comidas inflamatorias en lo que al aspecto nutricional se refiere.
Y también es fundamental que comiences a plantearte que quizá estés viviendo un alto nivel de estrés o que haya elementos externos en tu entorno que estén alterando tu sistema hormonal. El sistema patriarcal en el que vivimos sería el primer factor estresante para nuestra ciclicidad y a partir de ahí puedes ir ampliando la mirada para ver qué otros aspectos necesitan de tu atención para que puedas poner límites, descansar y cuidar de ti.
Llevar a cabo estos tres actos relacionados con los límites, el descanso y el autocuidado puede ser un gran reto pues, por cuestión de género, hemos aprendido a ser para los otros, tener un alto nivel de autoexigencia en el que no nos permitimos parar o descansar porque aparece la culpa y a ceder ante el deseo o necesidades de los demás olvidándonos de nosotras mismas.
Y estos mandatos de género dan lugar a una serie de malestares siendo el síndrome premenstrual una de esas manifestaciones para que prestemos atención a lo que nos está pasando y pongamos nombre y conciencia a lo que ocurre y se ve reflejado en nuestro ciclo menstrual.
Por esta razón consideramos muy importante ir al origen y a la raíz del asunto y así comenzar a tratar el síndrome premenstrual y otras alteraciones ginecológicas.
Para ello, hemos creado nuestro método y si sientes que es el momento de comenzar este proceso será un placer acompañarte en el acompañamiento personalizado donde ahondaremos en el origen del malestar y crearemos juntas un plan de autocuidado personalizado para tratar el síndrome premenstrual.
Es importante recordarnos que no es casual que muchas mujeres tengamos síntomas relacionados con el síndrome premenstrual. Por eso te lanzamos la propuesta de que aquí y ahora sea el momento de ponernos en prioridad y empezar a cuidarnos de manera cíclica.
¡Estamos juntas en el camino!
Imagen: Sara Antler – Arte en las esquinas
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