Lista de tareas, post-it y agenda en mano son los elementos con los que más disfruta mi fase preovulatoria.
Los primeros días que acontecen después de mi menstruación corresponden a la fase preovulatoria* y es cuando planifico el cumplimiento de una serie de tareas que la energía mental de esta fase del ciclo menstrual diseña para calmar su sed de aprendizaje y actividad. A veces puedo, otras no. Entonces me frustro y necesito negociar conmigo misma sobre el alto nivel de autoexigencia que me impongo desde la chispeante fase preovulatoria.
Antes de empezar a investigar y a conocerme a través de mi ciclo menstrual, no era consciente de que éste era un patrón que se repetía cada mes: genero una serie de objetivos a cumplir, busco referencias bibliográficas de temas que me interesan, artículos para leer, tareas a realizar… y cuando quiero ponerme a ello me doy cuenta de que no doy para más. Entonces me culpo por no ser capaz de hacer lo que me propongo, experimento una sensación de haberme engañado a mí misma y me cuestiono señalándome que no soy lo suficientemente responsable.
Tras varios ciclos convertidos en años reproduciendo este sistema, he empezado a conocer a la fase preovulatoria que habita en mí para definirla:
- Rápida en la resolución de sus quehaceres.
- Exigente consigo misma y con lxs demás.
- Intolerante cuando lxs otrxs no le siguen el ritmo.
- Independiente y autónoma a más no poder.
- Resuelta en las relaciones sociales.
- Rebosante de pensamientos.
- Deseosa de concretizar y realizar actividades.
Estas cualidades a veces se revuelven contra mí y me provocan una sobrecarga difícil de manejar. Darme cuenta de ello fue el comienzo para soltar el exceso de pensamiento y pasar a la acción.
Entonces empecé a preguntarme:
¿Cómo satisfacer las necesidades de mi fase preovulatoria sin desfallecer en el camino?
¿Cómo respetar mis ritmos para no fallarme ni traicionarme a mí misma?
¿Podré encontrar el equilibrio entre fase y fase del ciclo menstrual y tenerme verdaderamente en cuenta desde el autocuidado y el cariño más profundo?
Intentando encontrar alguna respuesta fue como me cuestioné acerca de qué es aquello que necesito y qué me hace latir por dentro y por fuera más allá de las necesidades de una fase en concreto.
Sigo fiel a mis listas, post – it y agenda pero ahora indago en un solo trazo para unir los bloques de interés que me remueven desde lo profundo.
Mi fase preovulatoria me recordó cuando era niña
y me embelesaba mirando el mapa – mundi soñando con ir a todos esos países convertida en una mujer adulta, con una mochila al hombro y recorriendo carreteras. Así que tras escucharme con honestidad y siendo consecuente, me he hecho con una bola del mundo para hacerla girar y visualizar los viajes que emprenderemos con La Caravana Roja para seguir difundiendo cultura menstrual de la mano de aquella niña que ahora me mira con los ojos abiertos preguntándome:
Me llevarás contigo ¿VERDAD?
¿Te imaginas una ruta de creación y difusión de cultura menstrual por la extensa línea que une los territorios de la cordillera de los Andes en América del Sur?
Nosotras sí y temblamos de emoción.
Así que estoy escuchando a mi pre-ovulatoria (y niña) interior y he empezado un reto que a las dos les hace mucha ilusión: estudiar geografía e historia por países. Un país por ciclo y en cada fase investigo lo que me venga en gana en función a la energía vital que reine en cada una de ellas.
Estoy descubriendo que en esta línea de mi investigación, mi Preovulatoria necesita saber sobre el contexto histórico y político de los territorios que son objeto de estudio, a mi Ovulatoria le encanta buscar mujeres artistas de los países a los que llego (fotógrafas, pintoras, escritoras…), mi Premenstrual prefiere saber de luchas feministas o revoluciones contraculturales y la Menstrual quiere ver cine del destino elegido y organiza sus ciclos temáticos de cineclub casero.
Y así es como me estoy dando cuenta del placer que me genera estudiar, trabajar e investigar en cíclico sin que se me nuble la vista por el exceso de equipaje cerebral.
¿No te gustaría ir a un colegio, universidad o centro de trabajo que siguiera esta metodología pedagógica teniendo en cuenta las fases de nuestro ciclo menstrual?
En los primeros días tras el sangrado de la menstruación que corresponden a la fase preovulatoria hay una serie de cambios.
Es posible que experimentes una especie de renacer, como si volvieras a recobrar toda la energía que la fase menstrual había apagado. Químicamente tiene sentido, pues la hormona que baña nuestro cerebro es el estrógeno que excita las conexiones cerebrales y este efecto tiene que ver con la sensación de autosuficiencia, nuestra sed de estimulación intelectual así como ese aumento de locuacidad y de seguridad en nosotras mismas. La fase preovulatoria se caracteriza por la aparición de un mayor deseo de movimiento y de tener ganas de relacionarnos de nuevo tras la pereza social de la fase menstrual.
Te animo a que vayas observándote, que vayas conociendo a la fase preovulatoria que habita en ti para darle espacio y voz. Seguramente tiene muchas cosas que aportarte y que va a ser un placer cuando la conozcas.
Puede que ella también te dé muchas claves sobre tus necesidades intelectuales y te proponga temas y fuentes de investigación para que goces del placer de aprender de aquellos temas que te apasionan.
Estoy segura de que cuando tu fase preovulatoria y tú os sentéis juntas vais a disfrutar mucho.
Ya me contarás.
*Fase preovulatoria: La fase del ciclo menstrual después de la menstruación y antes de la ovulación que corresponde a la fase folicular.
Imagen: “Mapa Mundo” Tela teñida y bordada a mano de Romina Chuls
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