
Las Tiendas Rojas (también llamadas Carpas Rojas) son el lugar donde las mujeres se retiraban a menstruar porque en tiempos antiguos se consideraba un momento sagrado del ciclo y la vida.
Las mujeres tenían la menstruación en comunidad y en la Tienda Roja se dedicaban a descansar, conversar, tejer, soñar… y al terminar esta fase volvían a la comunidad donde las esperaban con entusiasmo para escuchar los mensajes que traían.
Desde tiempos ancestrales se ha considerado la menstruación como un portal de expansión en el que la mujer que está menstruando se encuentra en un estado de conexión con su sabiduría más profunda y con la divinidad.
La menstruación era considerada una fase de purificación energética, emocional, física y mental y las mujeres entraban en las Tiendas Rojas para alcanzar estados superiores de consciencia porque se permitían el espacio para hacerlo.
Recuerdo cuando estábamos grabando el documental CURANDERA y Dona Cotrina, que es la protagonista, dijo una frase que se me quedó grabada profundamente:
Las mujeres cuando están con el periodo se están purificando y entran en una fuerza que no te puedes ni imaginar.
Dona Cotrina es maestra curandera y experta en medicina amazónica y esta fue su respuesta cuando le pregunté porqué en algunos lugares se prohíbe a la mujer tomar plantas maestras y participar en ceremonias cuando está menstruando.
Su respuesta fue que muchos curanderos no están a la altura de sostener la purificación y la fuerza de una mujer que está menstruando.
Ella lo tiene clarísimo y lleva tomando plantas y dedicándose a ayudar a curar a otras personas desde hace más de 30 años.
La menstruación no es un tabú por casualidad.
Piénsalo bien. El sistema patriarcal sabe que las mujeres cuando estamos menstruando tomamos este poder y desde que empezó a instaurarse este sistema se han creado diferentes estrategias con el fin de ejercer control y someter a las mujeres.
Por eso la menstruación empezó a considerarse un tabú y empezó a ser vista como peligrosa y sucia.
Aquí va la estrategia:
Si las mujeres aprendemos a rechazarnos prácticamente una vez al mes por el hecho de menstruar durante muchos meses y años de nuestra vida… tenemos el match perfecto de estrategia inconsciente de sometimiento.
Como psicóloga me dedico a acompañar a mujeres con dolor menstrual, síndrome premenstrual y alteraciones en el ciclo a descubrir el origen del dolor y el malestar para transformarlo.
La mayoría de mujeres que han trabajado conmigo en el Programa me dicen que en el momento de recordar la llegada de su primera menstruación sintieron rechazo, asco, vergüenza… o incluso que odiaban ser mujer por ese motivo.
Cuando toman conciencia de este mandato tan sutil, inconsciente e interiorizado también se asombran porque no recuerdan cómo llegaron a sentir este rechazo tan profundo.
Por eso es tan importante recuperar la visión sagrada de la menstruación y dedicarse tiempo de descanso y hacer nada para conectar con nuestro paisaje interior, escribir, soñar, leer, pintar…
Este es el espacio que procura una Tienda Roja.
Cuando empecé a leer el libro La Tienda Roja de Anita Diamant sentí cómo la memoria de las tiendas rojas latía en mi interior.
Esta memoria antigua la tenemos todas las mujeres porque en lo más profundo de nuestro ser anhelamos volver a la línea de tiempo donde honramos los ciclos femeninos.
Para un momento e imagina cómo sería tu vida si pudieras menstruar cada ciclo en una Tienda Roja, si te permitieras ese tiempo y espacio para ti, si pudieras estar sola o acompañada de otras mujeres para cuidaros juntas.
Este es el espíritu de las Tiendas Rojas:
Entregarnos al autocuidado y al cuidado entre mujeres honrando nuestro cuerpo – templo femenino recordando el poder sagrado de la menstruación.
Como intuyo que puedes sentir entrar en este paradigma es algo bien profundo, revolucionario y poderoso.
Básicamente porque el patriarcado no se espera que vuelvan las Tiendas Rojas.
Ni tampoco que las mujeres empecemos a mirar el origen de nuestros malestares para ir hacia la raíz, honrar nuestros ciclos como el ciclo lunar y activar nuestros dones de Mujeres Medicina.
Por eso es el momento de activar las Tiendas Rojas en cada casa y en cada comunidad.
Y la propuesta es que lo hagamos juntas.
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